Cuando la vida ya no es calidad. Eutanasia: ¿Crimen o redención? Al hablar de eutanasia, nadie queda excluido, o corrigiéndonos, nadie debería quedar excluido. Sin duda alguna este es un tema al cual todos estamos invitados a participar, mejor dicho, todos estamos obligados a hacerlo. ¿Por qué algunos autores nos hacen un llamado tan fuerte hacia la discusión tan encarnizada con respecto a la eutanasia? Sencillamente porque todos compartimos el mismo capitulo en nuestras vidas: La Muerte. La eutanasia es el acto o método para producir la muerte sin dolor y terminar con el sufrimiento.(Kraus y Álvarez, 1998, p.7). Existen diferentes tipos de eutanasia, por así decirlo y son básicamente: La eutanasia activala eutanasia pasivala eutanasia voluntariala eutanasia indirectala eutanasia no voluntariael llamado Suicidio asistido Cada una de ellas poseen, además de un significado semántico, varias implicaciones morales. Desgraciadamente, la mayoría sólo entendemos por eutanasia la acción que pone fin a nuestras vidas, en el momento en que nuestra vida perdió su calidad; y a partir de este lánguido concepto, se ha emitido una serie de opiniones tan antagónicas como equivocadas, en la mayoría de los casos. Las implicaciones socioculturales que envuelven a la eutanasia, así como el tiempo en el que han sido ejecutadas, en la actualidad se miden con la misma vara. Si bien es cierto que la eutanasia es el proceso para acelerar la muerte, también cabe rescatar la idea de que su objetivo principal es evitar en lo posible el sufrimiento (Urraca, 1996, p. 73). Las diferentes caras de la eutanasia. Hablar de eutanasia desde una sola perspectiva, es prácticamente imposible, pues a este concepto se han adherido otros de manera infranqueable: moral, ética, religión y humanización; es por esto que además de ser un tema polémico, puede convertirse en un interminable; pues siempre habrá campos de acción desde donde se pueda reprobar o aprobar. “La muerte no es ni ha sido nunca un hecho natural…, sino un complejísimo fenómeno cultural” (Kraus y Álvarez, 1998, p.68). En la vida de las personas hay momentos de una especial trascendencia cultural, uno de ellos es la muerte, estos momentos necesitan ser asimilados por medio de liturgias o

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