Por medio de la publicación de este documento, me permito denunciar, ante todos aquellos compañeros de circunstancia existencial, la presencia de cierto grupo de estafadores que mediante insólitas mañas, trucos y tretas, pretenden quitarnos parte de nuestras valiosas posesiones que de manera convencional no pueden ser sustituidas de forma alguna por la llegada de una nueva y valiosa posesión, si no que a modo de cerradura transgredida por llave única en existencia, una vez perdida está, no habrá llave, cerrajero, remedio, medicina o tiempo suficiente capaz de liberar el vacío encerrado debido al daño inflingido por estos deshumanizados moradores del mundo, a excepción de la muerte misma que al apagar nuestra existencia de la faz de la tierra, extingue de igual manera todas nuestras penas. Invito pues a todos aquellos a cuyas manos y ojos llegue la presente, a mantenerse a salvo de estos malvados seres, que van por el mundo arrebatando poco a poco la existencia ajena, pues no es oro, ni plata, ni bronce, ni caoba, ni piedras preciosas o verde papel lo que habrá de resguardarse de tan avariciosas garras; sino el alma misma, o como el vulgo pronunciara al unísono de cantos y poemas, el corazón, que a razón de increíbles enredos inventados, se entrega fácilmente a cualquiera de estas fraudulentas manos consagradas al arte de engañar. Habrá pues que descubrir a estos endemoniados bipedestados, pues los hay de gran variedad, pudiendo dividirlos en aquellos que lo hacen concientemente y aquellos que de forma alguna no se encuentran concientes de los demás. Aquellos que lo hacen concientemente son pues expertos en el tema, pues tienden redes, crean confianza

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