Silencios que duelen (Prosa)
Aquí estoy Dios: Otra vez, sola, extraviada en el bosque de mi vida, descubriendo el sendero de mi propio silencio que duele. –Si; duele- como la piedra que arrastra la corriente por el río, golpeando la arena vacía, perdida, sin cauce, sin rumbo, sin destino. Aquí estoy; Dios: Sentada a la vera del camino, viendo cómo arrastra el viento, las hojas de los árboles, deshojándose el otoño en primavera, la sonrisa de mis labios a fin de estación. Aquí; perdida en la loca fantasía de mis sueños; - pobre loca -,
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Me siento Sensible.