Ajedrez
Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos; quizá para añadir otro interés a los muchos que ya nos obligaban decidimos jugar juegos de inteligencia =mas= Pusimos un tablero enfrente de nosotros equitativo en piezas, en valores en posibilidad de movimientos. Aprendimos las reglas, les juramos respeto y empezó la partida. Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando encarnizadamente cómo dar el
Hay 153 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse