Dias de Mayo
CAPITULO UNO DIAS DE MAYO Las piernas dolían y el sudor se metía por los ojos. A pesar que llovía sabía diferenciar entre el agua y el sudor, el sudor era amargo, como lágrimas reprimidas, en cambio, el agua me dejaba un sabor a bendición. Por ratos recordaba que no caminaba solo. Tacho, mi Guía y traductor iba delante de mí. Mis ojos pesaban, teníamos más de tres horas y media caminando bajo la lluvia y el calor aun se sentía, mis cosas pesaban más de lo que hubiese deseado que pesaran, y tacho no podía dejar de decir la frase Doctor, apura, ya casi llegamos, aún no acabo de comprender por que tacho me creía tan tonto al venirme repitiendo esa frase desde que empezamos el recorrido, pero me resultaba gracioso oír ya casi llegamos. De pronto, con una sonrisa fingida entre labios, seguía caminando un poco más aprisa, aunque con mucho esfuerzo hasta que sin querer se doblaron mis piernas. Traté de levantarme y lo último que supe de todo, fue que Tacho venía corriendo hacia mí gritando Doctor. Pensaba que un ángel me besaba mientras mis ojos se iban abriendo, pero fue muy dura mi decepción cuando vi que Tacho sostenía una especie de rama gruesa sobre mi boca. No sé qué era con exactitud aquel líquido que emanaba del objeto, pero era un agua muy dulce. Cuando terminé de beber pregunté al nativo qué era lo que me había dado, agua de monte, doctor y señalando hacia las piedras que nos resguardaban aquí uno jamás se muere de hambre o de sed, el monte lo cuida a uno, el monte quita la lluvia, quita el sol, quita el hambre y quita la sed dijo al tiempo que seguía cortando una especie de lianas que se encontraban colgadas en las rocas, que a su vez nos servían de techo para la lluvia. Los días de mayo nunca habían
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Me siento Triste.
Escuchando: H:Robbie Williams - Sing When Youre WinningRobbie_Williams_-_07_-_Singing_For_