Te pido que salgas de mi vida.Muérete y deja un camino de sal en mis heridas.Dejemos de fingir, de actuar como dos payasos en un 2 de marzo,pidiéndonos las sobras de limosna que cargamos en bolsillos rotos.Pobres diablos extraviados en un infierno al que absurdamente nos aferramos, como si rasgando las paredes poseyéramos la carne del otro, la consumiéramos, la encerráramos en nuestra propia sangre… y al voltear lloramos porque me resbalo de tus manos, me escurro entre tus dedos doloridos.Me estás matando y yo me empeño en asfixiarte. Te exijo que te largues de mi vida.(y sin embargo, sé que seguiremos cocinándonos a fuego lento, tratando de

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