Él titulo de este post se lo debo a una buena persona. Dice la la lectura que me llego a mi correo, bajo el dominio de una amiga, a la cual he visto y no me dirige la palabra, tal vez por temor a que cuestione su error, el de la traición y del pecado de haber existido bajo la sombra de lo que al final represento una burda existencia, algo similar a una patada en los huevos, un escupitajo a la cara y una mentada de madre de la cual no tienes palabras para contestarle tal alusión, quizás sin ser merecedora de tales por tan obscena muestra de cariño hacia la parte maternal. Cuando leo una vez mas aquel fragmento de Paulo Cohelo, hago la pequeña remembranza de lo que es la pasajera existencia dentro del todo, el causar diario, el destino, la vida que nos toco vivir, bajo lemas o metáforas que no se tocan, que no pueden palparse pero que son aplicadas aun en las mas recónditas existencias, las que no perseveran, las que necesitan de una nave espacial para poder alcanzar una estrella, aquellas que pecan de mandatarios, por herencia o tradición y que bajo un dominio cualquiera se da a la tarea de humillar y maltratar a sus semejantes, aun sin el temor de que el de la pena ajena pueda revelarse y matarlo lentamente, sin misericordia alguna, tal cual toro de lidia en plena plaza, con miles de almas gritando. Por ver el festín de la sangre, la carnicería ambulante, aquella que ofrece a los sádicos la oportunidad de ver como el hombre en su afán de preservar su don de dominio, se alquila y cobra por matar a unos seres indefensos, es como ver día a día las imágenes de los soldados norteamericanos en Irak, siguiendo un proceso que ni ellos mismos saben a donde los llevara, pensando que están liberando a gente que había sido presa de un dictador sin mas valor que el de miles de balas escoltándolo, cuando a costa de traición, sangre y muerte se hizo de una fortuna que a propios y extraños causaba admiración, por el que ahora no es mas que repudio general hacia las acciones emitidas desde hace varios años, desfilando almas con penas infinitas y de las cuales algunas no encuentran descanso alguno, ni lo será, y en su contraparte de un presidente fascista, al cual, tan primitivo y tachándose de moralista, con la bandera de la perversidad, señalando quien vive y quien no. Haciendo daño, mostrándole al mundo cuan poderoso es, cuanto puede hacer y no, actitud que causa rabia, impotencia y por demás un coraje que solo sirve para una mierda, obsceno? Prejuicioso?No. No juzgar y hacer de la frase de don Benito Juárez algo cotidiano, trato de evadir penas no propias, puedo pecar de egocéntrico al basarme en supuestos que me dicta la mente, las letras y las acciones; y que solo el hecho de caminar por los lugares equivocados puedan traerme responsabilidades que no deseo adquirir, pero que por el bien de alguien mas tenga

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