con un alma tan pura como el agua de un manantial y a la vez tan oscura como el plumaje de un cuervo, aparecias a cada momento frente a mi, siempre con la misma sonrisa tan noble como la de una niña consentida pero con un toke de maldad como el de una arpia... me acompañabas en mi profunda soledad y bajabas al abismo donde yo vivia, no para llenarlo ni para sacarme, sino para acompañarme..... pasabas horas a mi lado, caminabamos en el cementerio mientras te sostenia de la mano, veiamos pasar a las salamandras y a algunas personas sin vida, descansabamos siempre sobre la misma tumba.... en momentos de felicidad,

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