Ayer que acomodé las fotos de Turquía me encontré también las de mi viaje a la Polinesia. ¿Bora Bora? Hace tiempo la podía haber confundido con el nombre de alguna comunidad indígena o con algún pueblo de Michoacán, como le pasó a un amigo a quien llamaron tacaño por querer pasar su luna de miel allá (los familiares de la novia creían que el ingrato no la iba a llevar de viaje fuera de su estado natal). La primera vez que escuché de ese lugar fue en la universidad. Un amigo nos llevó para presumir las fotos del viaje que habían hecho sus padres. El lugar parecía increíble pero el costo de una noche de hotel (800 dólares) me resultaba exageradamente exorbitante. Me resigné a esperar, a que con suerte, en otra vida reencarnará cerca de ahí. Una tarde, cuando vivía en Francia, me encontré entre los folletos de una agencia de viajes, uno

Hay 465 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse