Hace tiempo, unos diez años más o menos, escuché que el hombre no puede vivir como un ermitaño, que el hombre , desde tiempos de la  evolución, tuvo la necesidad de relacionarse con otros para conseguir más fácilmente comida, necesidad básica del ser humano. Antes el hombre actuaba más instintivamente. Lo realmente importante era comer. =mas= Ahora, se dice que más que nada, el hombre necesita relacionarse con otros para crecer personalmente...y, el punto de estas lineas es mi necesidad de decir que hubiera preferido ser un cabernícola... Yo cuando vine al mundo, lo puedo asegurar, no conocía la maldad. Tal vez, instintivamente tuve la prioridad de sobrevivir siempre, durante los nueve meses que mi madre me gestó en su vientre, viví de ella, y cuando nací y quería comer lloraba, inconcientemente sabía que así sería alimentada, esa era mi prioridad, sobrevivir. El problema comenzó cuando tuve conciencia de mí. Cuando me di cuenta , concientemente, de que llorar me concedía estar en los brazos de mi mama aunque ya estuviera aprendiendo a caminar, cuando me di cuenta de lo que mis manos eran capaces de hacer y cuando supe que otros niños eran capaces de golpearme más fuerte que yo a ellos. Fue cuando miré a mi alrededor, cuando escuche el mundo, que aprendí. Que si yo era más bonita que tal niña y menos agraciada que otra tal...comparaciones de la gente a mi alrededor. Nada más cerca que mi madre. Un niño, sin duda, es como una arcilla a la que hay que dársele la forma deseada, será como se le forme...y yo, crecí pensando que era una inútil,

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