Deudas de amor
Como cada mes, puntual, raro en él, se presentó en la tienda departamental, sus pasos eran nerviosos e indecisos, ya lo habia hecho otra veces, pero cada vez sentia lo mismo, el mismo nerviosismo, el mismo hormigueo, los mismos pensamientos de aliento. Vamos tú puedes, solo invitala a salir. Cuando alzó la mirada ella estaba ahí, con ese traje sastre azul que dibujaba su delgada
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