Einyel

Un recuerdo fugaz

A media mañana de un 24 de diciembre, hace 7 años, me descubrí con una hielera llena con 8 latas de refresco en una calle de un fraccionamiento en Tepic. Me quedaban unos 20 pesos en la bolsa y la tarea era vender, comprar y vender refrescos de casa en casa para poder comer ese día; suspirando reprimí la tristeza y la vergüenza. =mas= Hacia poco más de un año, me había presentado con un trabajo de investigación en la Reunión Internacional de mi especialidad, los mamíferos marinos; había buenos augurios por mi investigación  y gozaba de muchas cosas buenas, nada me aquejaba. Pero ese día, nada de aquello quedaba, siguiendo un sueño y un amor, abandone todo para ir en pos de mis ideales y al final por mi torpeza, solo me quedo un fracaso estrepitoso que se traducía tristezas, desengaños y una cruel realidad muy lejos de casa. Sin embargo luego de ese día, aun habría de caer un poco mas, y si alguna vez cuando todo esta de cabeza te preguntas “puede estar peor?”, yo aprendí que si.   Esta fue la tercera caída del ángel, la que me provoque como hombre. Sus efectos duraron por mucho tiempo: un sentimiento de culpa que

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