Nunca te dije que si funcionó. Las veces que lo he vuelto a intentar , las ganas de siempre.   Me parece que era un lunes, podría ser.   Atarantada y todavía medio dormida azoté la puerta y media pared cayó. Unos ojos escudriñaban.=mas= Al fondo, dos escritorios.   El de la derecha estaba  apoderado por una manzana, una grabadora y algunos papeles.   Se que te puse atención a todo lo que me decías, pero desperté por completo cuando tomaste mi mano.   ¡Dios! ¡Que pinchazo!   Bien, la historia se desarrolló de una forma “deportiva”. Bastante particular. Me gustaban mucho los juegos, en especial el de la parvada… Todavía preciso de ti   Desde la trinchera…A mi nutriologo.   (Gracias por tu tiempo y tu amistad)            

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