vladis05

La vida que quise...

Tenía un almuerzo de trabajo, era un día sábado, después de una esa reunión y de firmar ese contrato decidí irle a dar una vuelta en ese centro comercial que tenía un buen tiempo sin ir a comprar. Desde el momento que te vi fue como un éxtasis ya nada ni nadie importaba, fue como si el mundo entero dejara de ser, como que la humanidad entera ya no existiera...solo éramos tu y yo, solo nosotros dos. Quería solo verte, con solo eso me podría haber conformado, pero en ser en lo más interno de mi alma supe que si no te conocía nunca sería realmente feliz. Te reconocí sin haberte conocido antes, ya te había amado sin haberte siquiera visto menos sin saber que existías. Muchos se ahogan en mares  o lagos pero yo, yo me quería ahogar en la miel de tus ojos, eso ojos que podrían acabar con la guerra mundial por su dulzura. Nose cómo pero me pude mover del sitio donde estaba y camine hacia ti, no miento al decir que estaba horriblemente nervioso, entre más cerca estaba de ti, más nervioso me sentía. Estaba tan nervioso que hasta quise salir corriendo de tu presencia pues no sabía que iba a decirte y mucho menos como ibas a reaccionar a nuestro primer encuentro. Pero me arriesgue, quise conquistarte y así conquistar mi felicidad, conquistar mi destino. Sabía que tenía que decir algo inteligente una frase corta, pero tenía que ser contundente, incisiva y puntual, pero... Te dije "hola", creo que fue el hola más nervioso de la historia de la humanidad, casi me caí de los nervios cuando tu frunciste el ceño al contestarme con cierto nerviosismo con un "hola, te conozco?". En ese momento supe que si no decía algo realmente demoledor iba a perder la oportunidad de conocerte, de amarte y que amaras. Solamente te pedí la hora y después que me respondiste "3:20 p.m." pensé que era la hora de la verdad así que te dije que te "había esperado mucho tiempo y que por Dios no te iba a dejar ir sin saber tu nombre" y rápidamente te invite a tomar algo y explicártelo, sorprendentemente; aceptaste aunque años después me confesaste que fue por mera casualidad. Recuerdo que pediste unas galletas de chocolate un latte, yo en cambio pedí un capuchino. Sentados en ese café me dijiste tu nombre, Karen. Te lancé mil y un piropo para el final decirte que "serias mi esposa y la madre de mis hijos". Pasamos el resto de la tarde caminando por todo el centro comercial, al final de nuestro primer día juntos intercambiamos teléfonos y dije que te llamaría para invitarte a almorzar "un día de estos". Una hora y media después ya estábamos conversando por teléfono y quedamos de almorzar al siguiente día. Dos meses después ya éramos novios yo era feliz no lo niego un mes después me confesaste que ya me amabas. Un año después me dabas el "si acepto" en el altar. A los 3 años de casados nació nuestro primer hijo, Fernando Vladimir y nuestro hogar fue muy feliz, igual que cuando nacieron los gemelos, Rosa Margarita y Marco Alexandro, 2 años después. Tuvimos días muy felices, llenos de felicidad como bien dirías tu, pero también tuvimos días difíciles, tan difíciles que a veces uno o ambos nos queríamos separar pero salimos adelante con nuestro  "escudo de amor". Yo sabía que si nunca me hubiera atrevido a moverme de aquel sitio nunca hubiera sido tan feliz. Tú me enseñaste a vivir mejor, a saborear la mañana de cada día, a hacer mi cama, a ser feliz con lo que teníamos, nuestros preciosos hijos y nuestro inmenso amor. El tiempo paso, nuestros hijos crecieron hasta terminar la universidad, a nosotros el tiempo no nos perdono y envejecimos poco a poco, pero nuestro amor nunca se debilito es más, se fortaleció a base de fidelidad, respeto y confianza. Te agradezco tanto que nunca nos fuimos peleados a la cama y que siempre escuche un "te amo" seguido de un tierno beso y un "Buenas noches". Hace 2 años falleciste en nuestra cama después de más de 35 años de casados, moriste como querías hacerlo, rodeara de nuestros 7 preciosos nietos, de nuestros 3 hijos ya adultos con sus respectivos cónyuges y conmigo tomando tu mando derecha con las dos mías. Hoy amor mío me toca reunirme contigo en el mas allá, estos dos años sin ti fueron de suma tristeza para mi, enferme de la depresión que me dio tu ausencia. Estoy seguro que descansare en paz pues nuestros hijos cumplieron mi última voluntad: ser enterrado junto a ti para estar nuevamente juntos por toda una eternidad y así ser nuevamente feliz  contigo a mi lado. Esta versión de mi vida se la dedico a esa niña que me encontré en un centro comercial hace unas dos semanas, lastimosamente nunca le hable ni supe su nombre y menos conocí, pero estoy seguro que de haberlo hecho,

Hay 2470 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse

Elija una cuenta para acceder al contenido completo

Cuenta de Ymipollo
Hola


Reacciones


Debe estar identificado para ver los comentarios o dejar uno.

Entrar a Ymipollo

¿ping? ¡pong! Ymipollo © ¿ping? ¡pong 1!