C A P I T U L O 3
Capítulo 3 El jefe Como odio las tumbonas mullidas. Mi trasero parecía estar complacido, pero el desfiguro para levantarme fue, patético. En fin, sujeté la carpeta con fuerza y se la entregué en la mano.=mas= Mario Salem, nació y creció en una familia rica, y lo que le sigue. Estudió derecho y como no tenía mejor forma de joder a su padre, fundó una editorial “sustituta”. Como nosotros le llamábamos. Nos conocimos en una clase de pintura. Siempre es bueno relacionarse con gente igual de desadaptada. Ahora yo trabajaba para él. Publicó un par de cuentos y no sé bien cuantas historias : “relatos escabrosos de una sociedad culposa”. Me hizo escribir una docena de reseñas sobre aburridas noches de gala en las mejores fiestas de la ciudad. Ese día me mandó llamar para algo diferente. Se necesitaba un guión para una serie de TV. de transmisión por Internet. Algo áspero, crudo, cruel, con tintes amarillistas. Así que pensó en mí. Leyó una y otra vez mis hojas. Un impecable blanco que vi volar al cesto de la basura. _ ¡NO! Esto no es lo que tenía pensado… _ Pero si escribí lo que me pediste, hasta le puse de mi cosecha. _ Pues no parece. Prefiero que lo vivas… ¡ I N T E N S A M E N T E! Mario tenía lo que se necesitaba para persuadir a cualquiera. PODER. Tanto como se necesitara desplegar. Relaciones, dinero, contactos, y mucho tiempo para planear las estrategias que nos haría desarrollar. Siempre pensé que yo era su macota favorita, pero me equivoqué. De una llamada por celular, en tres segundos entró por la puerta una ninfa culona, y con los senos más grandes que he visto en mi vida. Después de las presentaciones, veinte miradas furtivas y los acostumbrados silencios, cada una salió por su lado. Maldito, Mario. Yo trabajo mejor sola. Ahora tenía que arrastrar a una estúpida con aspecto de cabaretera. Solo dios sabía todo lo que me esperaba…
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