Hace tiempo me llegó a mi correo un mail donde se mostraba un video sobre la materia prima "defectuosa" que somos los mexicanos. En un principio, me sentí ofendida, ya que YO soy parte de esa materia prima, sin embargo, he venido a contarles algo que me hizo reflexionar al respecto. Soy estudiante del séptimo semestre de la Licenciatura en Educación Primaria, en este último año se hace el servicio social y las prácticas profesionales en escuelas públicas, realizando actividades encaminadas a la elaboración del documento que, junto con un examen recepcional, serán los que nos permitan tener el título de maestros. La escuela en la que se realizan éstas actividades debe estar consciente de ciertas cosas, que más adelante dejaré claras. La cuestión fue la siguiente: =mas=mi maestra tutora (titular del grupo) se ausentó de la escuela dos días, durante los cuales yo tuve que hacerme cargo de las clases y de la seguridad de los 50 alumnos que formaban nuestro grupo. He aquí el primer error, la maestra titular NO TIENE RAZONES PARA DEJAR AL GRUPO, mucho menos con la practicante y SIN LA OBSERVACIÓN Y CUIDADO DE DIRECTIVOS Y/O MAESTRO DE APOYO (que está para apoyar ¿no?), el director, en caso de que no contara con alguien para cuidar a ese grupo (repito ESTA ACTIVIDAD NO DEBE CUMPLIRLA EL PRACTICANTE) debió regresar a los niños a sus casas... sobre todo cuando se trata de 50 niños cuyas edades oscilan entre los 5 y 6 años de edad (la llamada "edad de la fantasía"). Esto que yo les comento sucedió un miércoles y un jueves, en los cuales todo hubiera pasado como si nada, si no hubiera estado un niño que de verdad, es un problema tremendo. No digo que todos sean iguales, pero quiero que por favor imaginen esto: tienen bajo su responsabilidad a 49 niños llenos de energía y uno más que vale por 50. Un niño que golpea, roba, maldice, patea, escupe, molesta ¡¡a los 6 años de edad!!, después de llevarlo a la dirección (y que lo regresaran al salón porque el director dijo que "él para qué lo quería ahí"), de que se tuviera que sentar en el escritorio alejado de los compañeros que ya no quieren tenerlo cerca, y de soltar una sarta de majaderías que ni de un trailero (con el debido respeto) hubiera esperado recibir, llegó la hora de la salida y con ella llegaba el fin de semana. Viernes antes de irnos, ya con la maestra en el grupo, llega la tía del susodicho molesta por que la maestra (yo) había castigado al niño. Se le pidió que viniera la mamá del niño (a la que por

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