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Solo, diario de un asesino, 7a parte

Solo diario de un asesino capitulo 7 Pherkad _Ambos lados. Todos los seres humanos tenemos dos lados, como una simbiosis, el uno protege al otro, un lado bueno, un lado malo, uno que lo sabe, un lado que ignora, un lado que cuida y un lado que se arriesga, el lado que ama y el lado que odia, el lado que llora y nuestro lado que se rie, el lado que ataca, el lado que se defiende, un lado que se enferma y el lado que camina cuando es necesario. Nadie puede negar ni uno de sus lados y todo mundo debe aprender a vivir con esto y conocer y saber aprovechar y usar cada lado cuando es necesario, yo había dejado mi lado bueno por que no me había servido de nada y mi lado malo nunca lo había usado, era como si apenas hubiese nacido._ Siempre que ejecuto a una persona, me doy un tiempo para meditar me alejo de todo y calmo mis pensamientos y propios miedos, antes de conocer al clan de Tanya, no sabia hacer esto, esto es una de las cosas que aprendí del gran maestro. Desaparezco, es fácil hacerlo, sobre todo cuando no se tiene una familia, ni amigos ni nada, por eso lo vital es siempre tener una segunda salida, =mas= un apartado postal, un arma, y alguna persona amiga del clan que pueda proveerte de dinero, una casa y cualquier cosa que necesites, cualquier cosa. Yo solo requería cigarros, un lugar donde acostarme, algunas botellas de vino y tiempo, unas hojas blancas, alguna pluma fuente. Después de un trabajo me fui por un par de meses a una ciudad por sugerencia de Tanya, al pueblo de la piedra brillante. Para llegar, había que pasar primero por la ciudad de las montañas, cuando viaje por primera vez al pueblo de la piedra brillante hube que pasar por la botica de Pedro y asi fue como le conoci, me dio un paquete de cigarrillos, de los mismos que Tanya fuma, una carta de Tanya, una botella de Chianti y una navaja grande, me dio las indicaciones para llegar a una terminal del único autobús que llegaba a la ciudad de la piedra brillante, cerca del parque de los pequeños sauces, un parque que estaba en la parte este de la ciudad de las montañas, a unos metros de la catedral, a alguien se le ocurrió mas de medio centenar de pequeños sauces alrededor y haciendo figuras, que desperdicio, quizás no sabían que hacer con ellos. Llegue a la terminal pero no espere al autobús, segui caminando, era el único camino a lo lejos, además se trataba de que yo pensara lo que había hecho, y cuando pienso me gusta caminar y me gusta pensar cuando voy caminando, nadie salía perdiendo aquí. Habían pasado cuatro horas y una sed me había invadido el cuerpo, tenia ganas de tirar mis zapatos por un lado, el polvo ni siquiera

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Me siento Pensativo.
Escuchando: Antonio_Vivaldi_-_Concerto_In_Si_Minore_Nº_9_Rv424_Allegro_Nono_Molto.mp3

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