boomer

Serie Negra: Requiem - Tercera Parte

3 Diciembre de 1941: quince años después de la gran matanza en Chicago. Boomer y Astrid Observo como Astrid va a las escaleras dudando de lo que le digo. En un último momento voltea a observar me pero yo ya no estoy allí. Sin pensarlo mucho, he buscado la esquina mas alejada del lobby desde donde pueda ver ambos puertas y sobre todo pueda ver por los grandes ventanales que ven a la avenida principal. Palpo mi arma y y siento que la adrenalina empieza a correr por mi cuerpo. Y pienso en didywy insultándome mientras me alejo dejándola con charles. Y pienso en charles muriendo en el piso de la mansión de del toro y en moscas golpeando contra el farol. En el lobby aparentemente todo esta como debería de estar. Algunas personas conversan en las mesas continuas y otras parecen caminar preocupados en sus propios asuntos. Un rumor de voces monótonas es todo lo que puedo escuchar. Avanzo hacia la puerta moviendo mi pesado cuerpo lo mas sigilosamente que puedo. Disimuladamente veo hacia fuera y todo parece ser completamente normal. Maldito Oakley pienso mientras busco las llaves de mi auto. No puede ser, no aquí después de tantos años. 9 junio de 1925 – 5 años antes de la gran matanza Cherry La pequeña Cherry despierta en medio de la oscuridad y grita. Recién en ese momento se da cuenta que un trapo esta dentro de su boca impidiéndole emitir sonido. A sus cortos 6 años entendía la desesperación de aquellos de quien esta a punto de morir. Piensa en su madre y vuelve a gritar y vuelve la asfixiante sensación que no hay suficiente aire entrando a su a pulmones. Y la pequeña Cherry intenta mover sus manos solo parase cuenta que las tiene atadas en su espalda y que será imposible que lo haga. La niña levanta la cabeza buscando luz, buscando aire pero tampoco puede hacerlo. Y la pequeña cherry recuerda las palabras de su madre explicándole que a las niñas malas van al infierno y se pregunta si ella ha sido realmente mala y si el infierno es oscuro y sin aire,. La venda en sus ojos no solo no la deja ver si no que la presiona de tal manera que siente que sus ojos presionan sus cuencas hacia dentro y ahora la desesperación de sentirse sobre si misma es mayor a la del poco aire dentro de su prisión Y la pequeña cherry piensa en su pequeño hermano durmiendo en su cuna y en sus muñecas que quedaron en su cuarto junto a sus crayolas de colores y len silencio le pide a diosito que la regrese allí, al calor de su cama, al amor de sus m padres. Un poco mas lejos un hombre alto y con gafas para poder ver de lejos mira en silencio como su pequeña presea se agita en sus ataduras y se dice así mismo que su amo en las tinieblas estará feliz de que la pequeña cherry pronto esté con él. Y se siente un verdadero creyente en su fe. Un hombre iluminado. El hombre alto y con gafas ha dibujado sobre el suelo un gran círculo y ha colocado 5 puntos en él. Pronto los unirá con la sangre de la pequeña cherry y formará un pentagrama invertido y podrá por fin completar el rito que lo hace tan feliz de conocer. Y la pequeña cherry llora en silencio pero sus lágrimas no se derraman por que tiene una horrible venda en los ojos que los presiona y le impide ver. 9 junio de 1925 – 5 años antes de la gran matanza Didywy y Boomer Boomer mira su reloj y se pregunta que diablos hace allí sentado esperando a la mujer de su amigo. Lleva esperando media hora y aunque una parte de él quisiera irse sin mirar atrás sabe que en el fondo esperaría 4 horas mas con gusto de volver a verla. Se acomoda la corbata y vuelve a ver su reloj. No importa lo bella que sean o la nacionalidad que tengan, siempre llegaran tarde, se dice a si mismo. Un mozo se acerca y lo ofrece por tercera vez una copa para beber. Y por tercera vez boomer le dice que todavía no necesita nada. Levanta la vista y mira a la puerta esperando que ella llegue en cualquier momento. Y recuerda la última vez que la vio hace cuatro meses en su boda. Lindísima, como ella sola lo podía estar y sonriendo feliz a todos los que la acompañaban ese día. Y todos le devolvían la sonrisa con afecto, incluso él que se sentía morir por dentro y avergonzado por los sentimientos que ella había despertado en él. Oakley era su amigo de la academia. No como el tipo de amigo que había sido charles e incluso Ixchel era mas cercanos a él, pero lo respetaba por que sabia que era un policía integro y respetable. Por eso el sentimiento que había empezado a anidar en su corazón lo avergonzaba en el día, p ero lo reconfortaba en la noche, cuando solo en su habitación imaginaba el mundo que podía haber tenido con esa mujer tan hermosa que había venido del sur. Acomodó su corbata por cuarta vez desde que se sentó y volvió a observar con atención la puerta. Su querida didywy, su prohibida didywy lo había llamado hace un par de días y le había dicho que necesitaba hablar con él. Y el en un primer momento había pensado en rechazar el encuentro pero por fin había terminado aceptándolo, no por presión de ella, si no porque sabia que si esa mujer le hubiera pedido que le baje el cielo y las estrellas, el hubiera disparado a cualquiera que le hubiera dicho que era imposible hacer tal proeza cósmica. Y de pronto la vio en la puerta del restaurante. Didywy no era muy alta, pero no le hacia falta para cortar la respiración a todo aquel que la viese pasar. Sus ojos oscuros parecían siempre sonreír aunque cuando ahora, a lo lejos, se veían tristes. Su nariz y su boca completaban el hermoso equilibrio que la naturaleza le había prodigado. Su breve estatura no estaba reñida con la armonía de su cuerpo. Aunque boomer nunca las había podido ver, sabia muy bien que tras ese sencillo pero elegante vestido verde se escondía un hermoso cuerpo tibio y al mismo tiempo apasionado. Lo sabia por que durante muchas noches lo había imaginado a su costado, calentando el lado derecho de su cama. Didywy pareció buscar con la mirada a boomer y el se sintió morir por que su mirada vagaba sin ubicarlo. Quería ponerse de pie y decirle que estaba aquí y que si quería no solo la iba a esperar a que llegara a su lado si no que también podía levantar la mesa y llevarla hasta donde ella estaba. Pero no fue necesario, ya que los hermosos ojos de la mexicana no tardaron mucho en encontrarlo. Y la vio acercarse a él, con una sonrisa lo suficientemente cordial para saber que ella estaba buscando a un amigo. Pero no pudo evitar sentir que su corazón explotaba poco a poco cuando la vio acercar - Louis - le dijo la chica – no sabes que gusto me da verte – le habla al hombre con un leve acento mexicano. - El gusto es mío – respondió boomer tratando de que no se notara su nerviosismo en la voz. - Es un bonito lugar el que escogiste - La verdad no conozco mucho de Chicago aun

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