No soy Amaranta. Y no pretendo serlo. Es más, no pretendo ser más allá de algo cómico nada. Ando en esas ondas muy juveniles de la negación del ser y de la exaltación del sufrimiento (en algunos momentos de reflexión agarrandome mis partes nobles y oyendo la de olvidemos el romance del reverendo y su compa, me pregunto sí no es moda ¿no hay una My Scene de ese estilo? En fin, seguiré comprobando la textura de mi piel y pensando haber si concluyo algo, yo les avisaré oportunamente si lo hago), así que vos comprenderán mi indignación de mi propia personalidad; mas, si pretendería darme un nombre sería el Fenobarbital, sólo por que creo en la hipnosis y su iconoclasta hermana la sedación, ambas colectivas, que nos llevan en horcajadas a hacernos creer que cualquiera puede juntar letras y pretender que significan algo, así que en parte se explica eso de estar escribiendo, cuando en realidad se me da más lo de estar burlándome, no de otros, como creen, de mi mismo, como buen epicurista que soy. Es más, dadme un poco más de tiempo

Hay 558 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse