caquito

Su nacimiento está ligado al ascenso, al afianzamiento de la burguesía y a la nueva sociedad urbana originada como consecuencia del desarrollo industrial. La clase media preponderante, y progresivamente alfabetizada, impuso sus gustos en materia literaria, pues la mayor parte de los lectores pertenecían a esta clase. El público estaba interesado por los problemas de la sociedad contemporánea, una sociedad que proporcionaba las ventajas del progreso, pero también problemas hasta entonces desconocidos. Este contexto favoreció el Realismo como estilo literario y la prosa narrativa como género dominante, puesto que permitía reconstruir la realidad y dejaba libertad al escritor para elegir temas, personajes y situaciones. La novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas, numerosas narraciones. La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades. Cuando este proletariado adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que de ser clase revolucionaria que lucha contra el Antiguo Régimen pasó a ser clase dominante y conservadora. El origen del Realismo literario europeo hay que buscarlo en la literatura española medieval y la novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la literatura europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó su influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII comenzó su propio realismo de la mano de Daniel Defoe, Samuel Richardson o Henry Fielding entre otros y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores. La novela realista europea viene a ser la épica de la clase media o burguesa que ha conseguido —a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder (1789, 1820, 1830 y 1848)—, instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida, incluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo, utilitarismo, búsqueda del éxito económico y social) irán apareciendo en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin embargo desocupada; el éxodo del campo a la ciudad y la mutación de valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción realista irá penetrando en otros ámbitos y dejará la mera descripción externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las mismas, transformándose en novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos como el monólogo interior y el estilo indirecto libre. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en cierta manera opuestos, como el Espiritualismo, por un lado, visible en la última etapa de narradores realistas como Benito Pérez Galdós, Fiódor Dostoievski y León Tolstói, y el Naturalismo, por otro, que exageraba los contenidos sociales, documentales y científicos del Realismo, aproximándose a la descripción de las clases humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria en una fuente de primer orden para el conocimiento del pasado histórico, aún teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para un uso documental de las fuentes literarias. En Francia fueron escritores realistas Henri Beyle Stendhal, Honoré de Balzac y Gustave Flaubert. En el Reino Unido destaca Charles Dickens; en Rusia León Tolstói y Fiódor Dostoyevski. En Estados Unidos, Mark Twain. En España Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín y Emilia Pardo Bazán. Portugal cuenta con Eça de Queiroz. En Italia, el movimiento se denominó verismo y tiene a su más caracterizado representante en Giovanni Verga. En cuanto a la literatura escrita en alemán, es un movimiento de este sesgo el llamado Biedermeier y pueden considerarse realistas los novelistas suizos Albert Bitzius (que utilizaba el seudónimo Jeremías Gotthelf), Gottfried Keller, Conrad Ferdinand Meyer, el austríaco Adalbert Stifter y los alemanes Friedrich Hebbel (dramaturgo), Theodor Storm, Theodor Fontane, Gustav Freytag y Wilhelm Raabe, aunque esta estética todavía continuó renovándose durante el siglo XX a través de la obra literaria.   Con  la  siguiente  información  resuelve  el  cuestionario  que  se  solicita. REALISMO Y NATURALISMO 1. Definición de Realismo y Naturalismo. En el núcleo anterior comprobamos como el movimiento romántico fue relativamente breve, pudiendo situar su finalización en torno a 1850, aunque algunos autores posteriores tradicionalmente fueran incluidos dentro del espíritu romántico. A la brevedad del Romanticismo contribuyeron una serie de factores que actuaron poderosamente a partir de 1850 y que sirvieron para sustituir el sistema de valores romántico por otro nuevo concepto del mundo y, por tanto, del arte. Resumiendo, podemos señalar como rasgos propios del nuevo movimiento los que siguen a continuación: a/ Frente a la idealización y evasión románticas se impone el espíritu de observación y descripción de la realidad, que se va a convertir en la principal proveedora de materiales para el arte. b/ Frente a la intención romántica de explicar el mundo desde su propio YO o de proyectarse hacia mundos creados por su imaginación, el nuevo movimiento preferirá ceñirse a la realidad circundante y reflejarla del modo más objetivo y despersonalizado posible. c/ En el nuevo movimiento van a contar aquellos datos empíricos que pueden demostrarse, incluso, científicamente. El artista quiere dar testimonio directo, inmediato, del mundo en que vive. En el nuevo rumbo que inicia la literatura y el arte occidental a partir de 1850, y que puede resumirse en las tres características anteriores, se han distinguido dos tendencias que, aunque poseen un mismo origen y comparten una misma intención, también se separan en algunos aspectos. Estas dos tendencias son el Realismo y el Naturalismo. Filosóficamente, el realismo es la afirmación de la realidad, una realidad que existe por sí misma y que, por tanto, no consiste en la simple proyección del pensamiento del hombre (o del artista, como hemos podido comprobar en movimientos literarios anteriores). Pero desde el punto de vista literario, se ha usado el término de realismo como un concepto que puede ser aplicado a obras anteriores al s. XIX, si por realismo entendemos el "dar una importancia a la realidad objetiva". Es evidente que obras como el Poema de Mío Cid, el Lazarillo de Tormes o El Quijote, por citar algunas de las que habéis leído en este curso, pueden ser consideradas "realistas", ya que en ellas prima el reflejo de una realidad objetiva concreta, aunque puedan servirse de argumentos de ficción. En ellas, pues, se identifica realismo con verosimilitud. Según este punto de vista, el realismo sería una técnica literaria (y también pictórica, escultorica e, incluso, musical) que se opondría al idealismo o a lo maravilloso (acordaos de las diferencias que establecíamos entre épica española y épica francesa). Pero el realismo, en la historia literaria, no sólo es una técnica (fundamentalmente de "relatar"), sino que también es un movimiento literario que llena toda la segunda mitad del s. XIX y que tuvo su origen en Francia con tres novelistas como Stendhal, Flaubert o Balzac. Un movimiento que, frente a las ensoñaciones románticas, pretende poner los pies en la realidad objetiva, como fruto de una nueva sociedad (la burguesa), de una nueva filosofía (el positivismo) y de la preeminancia de lo científico (Revolución Industrial). A la segunda tendencia artística de la segunda mitad del siglo se le ha llamado Naturalismo. En filosofía, con este término se designan todos aquellos métodos que tienen como característica común "el considerar la Naturaleza como el único y absoluto principio de lo real". Pero, desde el punto de vista literario, el naturalismo es un concepto estético que hace de las producciones de la Naturaleza su único objeto de representación. Sin embargo, en literatura, es costumbre entender el término como una representación extremada, desagradable incluso, de.     Entendido en este sentido, como sucedió con el término de realismo, el naturalismo es un concepto que puede ser aplicado a todas las épocas de la historia literaria (por ejemplo, a la picaresca barroca) en las que aparezcan obras que presenten los aspectos más desagradables y descarnados de esa realidad. Aparte de esta consideración del término de naturalismo como técnica aplicable a múltiples obras de la historia, también se denomina Naturalismo a un período concreto de la historia literaria (el último tercio del s. XIX, aproximadamente) que se basa en la exageración de los procedimientos del Realismo y en su dependencia del positivismo y del cientifismo que comienza a difundirse por Europa a partir de 1850. Los naturalistas querrán aplicar a la literatura (a la novela, sobre todo) los nuevos métodos científicos (análisis empírico) de la Biología, la Física, la Medicina, etc... 2. Ciencia y filosofía en la segunda mitad del s. XIX. El nacimiento del nuevo movimiento literario no se produce por generación espontánea, sino que se explica por las peculiaridades de la vida en la segunda mitad del siglo. Vamos a repasar ahora algunos de los fenómenos que explican el nacimiento del nuevo movimiento y cómo se relacionan con la creación literaria. 2.1. L   A NUEVA FILOSOFÍA .- La base teórica del nuevo movimiento literario va a ser una escuela filosófica llamada Positivismo, inaugurada por el francés Augusto Comte y que llega a su momento de máximo esplendor con la publicación del Curso de filosofía positiva en la década de los 50. El Positivismo reduce el objetivo del conocimiento humano a los llamados "hechos positivos", o sea, aquellos hechos que pueden ser captados por los sentidos y someterse a comprobación por medio de la experiencia. Comte, defendiendo su teoría, afirmaba que la razón humana "tenía que prescindir de preocupaciones teólogicas y metafísicas" para reducirse al estudio de las ciencias positivas (Matemáticas, Física, Biología, Química, etc...). La teoría positivista pretendió, también, establecer períodos en la vida (que se relacionan con la Historia) del hombre. Con esta intención, Comte formuló su teoría de los "estados". Según ella, en un primer estado, el teológico, se buscan las causas y principios de las cosas, y se recurre a la divinidad para explicarlos; en un segundo estado, el metafísico, se siguen buscando los conocimientos absolutos, pero los agentes sobrenaturales de antes se sustituyen ahora por entidades abstractas; finalmente, en un tercer estado, el positivo, domina la observación y la mente humana se atiene a las cosas en cuanto son. La teoría positiva tuvo una gran importancia en los literatos de la época. Sus tesis fundamentales contribuyeron al nacimiento de una novela fundamentalmente agnóstica (aunque, en el otro polo, también a un Realismo espiritualista, con la figura de Tolstoi como principal representante), preocupada fundamentalmente por la realidad externa (comprobable por los sentidos) y por las cuestiones sociales (en el Naturalismo, principalmente). 2.2. E   L CIENTIFISMO .- Como consecuencia de la filosofía positiva, y apoyándose en los "sorprendentes" avances científicos, toda la segunda mitad del siglo va a estar dominada por la exaltación de la ciencia, que se va a convertir en un verdadero "dios", lo mismo que había sucedido con la razón en el s. XVIII o con el sentimiento en el Romanticismo. El hombre de la época va a confiar en los poderes casi ilimitados de la ciencia como respuesta a los grandes interrogantes de la vida. Todo debe apoyarse en datos demostrables, como exige el hombre del "estado positivo"; y ésto es perfectamente aplicable a las obras literarias. Realismo y Naturalismo.- 3 En las novelas, el cientifismo puede demostrarse, simplemente, con la alusión al nacimiento de dos géneros novelísticos nuevos: la novela policíaca y el relato de anticipación. 2.2.1. La novela policíaca.- El recurso al misterio y al terror comienza a utilizarse durante el Romanticismo, pero va a ser a mediados del siglo cuando comenzarán a divulgarse en Francia los relatos del americano Edgar Allan Poe (1809-1849) que traerán como consecuencia el que muchos autores comiencen a escribir relatos en los que se presenta una acción criminal llena de misterio como problema que, racionalmente, ha de merecer una explicación por parte del detective protagonista. Es a partir de 1870 cuando se van a multiplicar los relatos políciacos, dentro de los que destaca la obra de Arthur Conan Doyle (1859-1930), que se asegurará su éxito editorial con el detective Sherlock Holmes, gran defensor del método deductivo. La novela policíaca no sólo servirá para presentar el razonamiento humano de acuerdo con los métodos científicos en boga, sino que también servirá para que el autor presente una realidad desagradable, descarnada, de acuerdo con los principios del Naturalismo literario. 2.2.2. La novela de anticipación.- Pero los grandes adelantos científicos del siglo van a encontrar su cauce literario más importante en los relatos de anticipación o en lo que más tarde se llamará ciencia-ficción. El verdadero creador del género es el francés Julio Verne (1828-1905) que, desde 1863, comienza a publicar una larga colleción de novelas en las que hace girar el argumento en torno a un descubrimiento posible (el submarino, la nave espacial, los rápidos viajes, etc...), dada la situación de la ciencia en la época. 2.2.3. Cientifismo y Naturalismo.- El novelista francés Emile Zola, padre del movimiento naturalista, rompe en el último tercio del s. XIX con las limitaciones de la moral y de la estética, dando entrada en sus novelas a lo feo, lo inmoral y lo repugnante. Por otra parte, su obra literaria va a apoyarse también en la teoría filosófica del determinismo, que acentuará la indefensión del hombre, al negarle la posibilidad de elegir su propio camino. En último lugar, Zola va a dar entrada en sus novelas, como personajes trágicos, a figuras extraídas de las capas más bajas de la sociedad que, hasta entonces, habían estado marginadas o utilizadas en fórmulas subliterarias (con excepciones ya conocidas, como la picaresca española). En la concepción naturalista de Zola, el novelista debe comportarse como si fuera un médico, y aplicar el método experimental de Claude Bertrand como si los personajes de sus novelas fuesen sus pacientes, de manera que el resultado, el desenlace de la novela y de los personajes, debe ser el resultado de la observación del comportamiento de los mismos y de la experimentación con las causas que provocan sus diferentes actuaciones, ya que, según la teoría determinista, el hombre no puede actuar en libertad, sino que sus actos dependerán de las condiciones sociales que le rodean. En cualquier caso, aunque el novelista no pueda en algunas ocasiones explicar el por qué de las acciones humanas, sí podrá dejar constancia, basándose en una observación estricta,de los comportamientos de sus personajes-pacientes. 3. Los condicionamientos sociales. En el tema anterior estudiamos cómo el Romanticismo había nacido en el seno de la burguesía que, asumiendo la ideología liberal romántica, conqui sta.       La Revolución Industrial y el Capitalismo va a transformar totalmente la sociedad occidental, eliminándose la importancia de la aristocracia heredada y encumbrándose en la cima de la pirámide social la "aristocracia del dinero". En la base de la pirámide surgirá una nueva clase, el proletariado industrial, sometido a las necesidades de producción, desprotegido ante el poder de la burguesía y que vive en una situación próxima a la miseria. Buena parte de la literatura realista y,

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